domingo, 7 de septiembre de 2008

UN NUEVO LUCIMIENTO DE LA CORPORACIÓN LOCAL


Hoy voy a escribir un breve artículo sobre algo que me tiene realmente preocupado. ¿Qué pinta este carril-bici en Laviana?

Está claro que un ciclocarril es una iniciativa muy aplaudible, porque aparte de fomentar el deporte, invita a hacerlo de una forma muy segura. Por todos es sabido que el deporte de la bicicleta es bastante peligroso, sobre todo por el poco respeto que solemos tener los conductores a los ciclistas. Por lo que un carril de estas características, reduce ese riesgo a cero.

Pero ahora les pregunto, señores mandamases, ¿para qué un carril de menos de un kilómetro de longitud? ¿para qué un carril que no une en absoluto dos puntos relevantes? ¿qué interes puede tener cualquier persona en dar un paseo por ese carril que te lleva desde el campo de las Tolvas II hasta un punto intermedio del paseo que une la Pola con Barredos?


Sinceramente no encuentro lógica a este asunto; al igual que no encuentro lógica a que cada vez más y más se estén asfaltando los lugares por los que los deportistas salen (o salían) a correr, como son los paseos de al lado del río Nalón, el citado carril-bici, etc. ¿No se dan cuenta de las lesiones que genera el correr sobre terreno duro?
La verdad que no se en que están pensando cuando hacen este tipo de obras. Sólo se me ocurren una respuesta, son ustedes unos ineptos y hacen las cosas mal porque no saben... la verdad que no quiero pensar nada más allá...

lunes, 1 de septiembre de 2008

EL POZU FUNERES

Hoy quiero tocar un tema de actualidad en estos días, El Pozu Funeres. No voy a entrar a explicar lo que es, ya que supongo que la mayoría lo sabrá y si no hay gran cantidad de sitios web en la red que explican su historia.
Ahí es donde quiero entrar hoy, su historia. ¿Historia o leyenda? No voy a ser yo el que lo catalogue, simplemente voy a poner las cartas encima de la mesa, cartas que no tendré ningún problema en enseñar públicamente ya que no me estoy inventando nada. Simplemente me limito a exponer pruebas.
A lo largo de los años, han sido muchas las leyendas que han rodeado a tan angosto pozo; aunque cabe destacar de entre otras la que habla de un conde que vivía en la señorial casa de Álvarez de las Asturias, el cual “llevaba con mucho orgullo y poca dignidad su título de conde”. Dicho noble conocido por su soberbia y su despotismo, encontró la horma de su zapato.
“Tanto trascendieron sus maldades que llegó a oídos del rey su despotismo y sintiéndose obligado a hacer justicia, le mandó llamar y una vez que confirmó la verdad de su conducta, ordenó que se le diera muerte. Su cadáver, para ejemplo y escarmiento de otros como él, fue colgado, como el de un criminal cualquiera, en Peña Corbera, y una noche tras otra los cuervos le fueron devorando, hasta dejarle reducido al esqueleto. Entonces sus huesos fueron recogidos de allí y arrojados al pozo Funeres.”
Esta leyenda, con gran contenido moral, por la historia que narra seguramente date de la época medieval. Sin embargo, existen en torno a este pozo muchas otras leyendas posteriores, algunas de ellas por desgracia, tan sólo de hace unos setenta años. Me refiero a la leyenda de que en el “Pozu Funeres” fueron arrojados los cadáveres de gente asesinada por el Bando Nacional durante la Guerra Civil Española.
Tengo constancia que cierta persona que prefiero no nombrar, un conocido montañero de gran reputación, bajó hace años al fondo de la fosa, y allí no encontró más que restos de vacas, cabras y poco más.
En estos días, los políticos locales, se llenan la boca con palabrería, discursos sin más base que un cuento macabro. En ningún momento aportan pruebas, tan sólo testimonios. ¿Testimonios de quién? ¿Acaso ellos vieron como se llevaba a cabo semejante tragedia?
¿Por qué el Partido Socialista de la cuenca se niega rotundamente a mandar a especialistas que sondeén el fondo de dicho pozo? ¿Qué es lo que temen bajo la escusa de que no sería bueno para nadie desenterrar el pasado? Aplican la memoria histórica tan sólo cuando les place, ¿por qué no en este caso? Lo que temen está claro, señores, temen encontrar restos tan sólo de animales y no de personas como ustedes llevan años y años vendiendo. Se les acaba el chollo, dejen de engañar a la gente:
“Funeres nun se olvida”.